martes, 26 de julio de 2011

¿Hacia donde vamos?

Tras muchos años demostrando que la formación profesional no es sólo una etapa educativa más, que no es tan sólo una herramienta más para fomentar el empleo, tras intentar atraer a los trabajadores a la formación reconociendo las competencias que han adquirido a lo largo de la experiencia, y todo ello concebido según un planteamiento estratégico más importante como es la creación de un sisntema integrado, de un sistema nacional de cualificaciones, formación profesional y acreditación (Ley Orgánica 5/2002 de las Cualificaciones y de la Formación Profesional) sigue imperando una gran ignorancia sobre estos asuntos y cómo debe plantearse una formación profesional moderna, que contribuya, y no poco, a cambiar nuestro modelo productivo para apoyarlo en las personas cualificadas y así facilitar nuestro crecimiento de la única manera que podemos hacerlo, innovando.
Hoy es un día triste. Ha desaparecido -si, desaparecido- la Dirección General de Formación Profesional y Educación Permanente. Era una luz entre tinieblas, que permitía, con grandes dificultades y luchando contra numerosos contratiempos, atisbar por dónde debería ir nuestra FP. No se veía toda la claridad necesaria, pero se podían entrever las líneas de la costa en medio de un mar agitado y brumoso. Está claro que hemos debido alcanzar el triángulo de las Bermudas.
No hay que ser trágicos, a pesar de la novedad de hoy, pues como tenemos razón, seguramente conseguiremos demostrarlo y a quien no haya visto el camino adecuado le ayudaremos a encontrarlo.